El embajador de la República Popular China en El Salvador, Zhang Yanhui, resaltó recientemente la excelente relación diplomática entre ambos países durante una entrevista. Según el embajador, las relaciones bilaterales están en un nivel «excelentísimo», basadas en cercanía, amistad y respeto mutuo. Zhang destacó los logros obtenidos gracias a la hoja de ruta diseñada por los mandatarios Nayib Bukele y Xi Jinping para impulsar proyectos de cooperación.

Una de las iniciativas emblemáticas de esta relación fue la construcción de la nueva Biblioteca Nacional de El Salvador (Binaes), resultado de la cooperación china y que se inauguró en noviembre del año pasado. El embajador enfatizó el deseo de China de «ayudar a otros pueblos del mundo» y consideró el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre China y El Salvador como una oportunidad significativa para ambas naciones.

Zhang Yanhui anunció el inicio oficial de las negociaciones del TLC entre China y El Salvador, resaltando que este paso traerá más beneficios y oportunidades de negocio para ambos países. Además, mencionó que representantes de la mayor empresa china de importación de alimentos se reunieron con la Asociación Azucarera de El Salvador para explorar opciones comerciales bilaterales.

El embajador recordó que las conversaciones para suscribir un TLC con China iniciaron en noviembre de 2022 por el potencial económico que representa esta asociación y su impacto en el desarrollo.

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El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de El Salvador está preparado para destruir un total de 13,694,999 papeletas electorales que sobraron de las elecciones celebradas el 4 de febrero y 3 de marzo, debido a la ausencia de votantes, según lo establecido por la ley electoral.

Para las elecciones, el TSE mandó imprimir un total de 30,266,334 boletas para los distintos tipos de sufragio, incluyendo un excedente del 1 % como precaución, de acuerdo con el artículo 187 del Código Electoral.

La cantidad de papeletas impresas para cada tipo de elección fue de 6,053,334. Sin embargo, a pesar de esta cifra, el registro electoral se compuso de aproximadamente 5.4 millones de ciudadanos con derecho a votar, lo que resultó en un exceso de boletas que ahora deben ser destruidas por cuestiones de seguridad.

De las papeletas sobrantes, se contabilizaron 2,873,181 de las elecciones presidenciales, 3,062,268 de las legislativas, 3,855,366 del Parlamento Centroamericano y 3,904,184 de las elecciones municipales.

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El consultor electoral Juan Gilberto Contreras destacó la importancia de destruir las papeletas excedentes para evitar cualquier posibilidad de fraude o manipulación posterior a la votación. Contreras y el magistrado del TSE, Guillermo Wellman, coincidieron en que la producción excesiva de papeletas tiene un impacto ambiental significativo, especialmente cuando una gran cantidad de estas boletas queda sin usar debido al ausentismo electoral.

Wellman subrayó la necesidad de implementar reformas que reduzcan el impacto ambiental asociado con las elecciones, sugiriendo que la adopción de tecnologías como el voto electrónico podría ser una solución viable para minimizar el uso de papel.

Por su parte, Contreras propuso explorar el reciclaje de las hojas sobrantes para convertirlas en papel apto para futuros eventos electorales, mediante un proceso especial de tratamiento y reciclaje.

Ambos expertos coincidieron en que el camino hacia el uso de tecnologías digitales, como el voto electrónico, podría ser fundamental para reducir el impacto ecológico de los procesos electorales en El Salvador.

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La revitalización y recuperación del Centro Histórico de San Salvador ha permitido descubrir valiosas joyas arquitectónicas, como la residencia del expresidente Alfonso Quiñónez Molina (1923-1927), que estuvo oculta durante años detrás de puestos informales de venta. Con la reciente fase 4 del proceso de revitalización, que abarcó 16 cuadras en la zona suroriente, se ha puesto a la vista este emblemático edificio.

La movilización voluntaria de los vendedores informales ha creado las condiciones ideales para redescubrir la residencia Quiñónez Molina, ubicada en la 2.ª calle oriente, frente a la iglesia El Rosario. La casa, considerada la más lujosa en su época en la capital salvadoreña, es un ejemplo notable de la arquitectura «art nouveau» con características únicas.

Abandonada y vandalizada a principios de los 2000, esta casa histórica ha emergido nuevamente como parte del renovado Centro Histórico de San Salvador. La alcaldía de San Salvador ha compartido fotografías que muestran la fachada principal y detalles de esta construcción histórica.

La residencia, construida en 1918 después de la devastación causada por la erupción del volcán de San Salvador en 1917, fue la propiedad del expresidente Alfonso Quiñónez Molina. Su redescubrimiento es un hito en el proceso de recuperación del patrimonio histórico de la ciudad.

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La revitalización del Centro Histórico de San Salvador se inició durante la administración municipal del actual presidente de la república, Nayib Bukele. Manuel Rodríguez Joachin, director de Desarrollo Municipal de la alcaldía, afirmó esta semana que este proceso de reordenamiento urbano es irreversible y fundamental para preservar la historia y la identidad de la capital.