La Policía Nacional informó sobre la detención de Ángel María López Preza, un fugitivo buscado por múltiples delitos y con una condena acumulativa de 100 años de prisión. López Preza fue hallado culpable de secuestrar a cuatro víctimas, lo que le valió una sentencia de 80 años, además de ser condenado por homicidio agravado, sumando otros 20 años tras las rejas.

El fugitivo estaba siendo buscado desde el año 2010 por un juzgado de Vigilancia Penitenciaria en San Salvador. Tras más de 15 años evadiendo a la justicia, fue finalmente localizado y detenido en el cantón Ánimas de San José Guayabal, Cuscatlán, gracias al trabajo coordinado de diversas unidades policiales, incluida la División de Cumplimiento de Disposiciones Judiciales.

La Policía subrayó que López Preza pasará el resto de su vida tras las rejas, pagando por cada uno de sus crímenes cometidos.

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Analistas políticos y profesionales en sociología como René Martínez y Mauricio Rodríguez han expresado críticas contundentes hacia el proceso de expulsión de Norman Quijano de las filas de ARENA, considerándolo un acto «tardío» y motivado más por la necesidad de «lavarse la cara» ante la opinión pública salvadoreña.

Martínez señaló que la petición de expulsión llega en un momento demagógico para ARENA, dado el historial del partido de defender a sus miembros involucrados en actos de corrupción. El caso de Quijano, condenado a 13 años de prisión por delitos relacionados con pandillas, ha desencadenado críticas sobre la falta de acciones similares hacia otros miembros señalados por corrupción dentro del partido.

Mauricio Rodríguez afirmó que el Comité Ejecutivo Nacional (COENA) de ARENA está utilizando el caso judicial de Quijano como una estrategia para intentar proyectar una imagen de renovación partidaria, particularmente después de los resultados electorales decepcionantes de ARENA en recientes comicios.

El politólogo Óscar Peñate cuestionó la sinceridad de la renovación interna anunciada por ARENA, especialmente al observar que figuras clave dentro del partido, como Carlos García Saade, continúan en posiciones de liderazgo a pesar de las críticas por incompetencia y falta de liderazgo.

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Para estos analistas, la expulsión de Quijano y los esfuerzos de renovación de ARENA no abordan de manera efectiva la descomposición interna del partido ni ofrecen una solución sustancial para recuperar el apoyo electoral perdido en las últimas elecciones.

El excandidato presidencial de ARENA, Joel Sánchez, hizo un llamado a su partido para que esté receptivo a las críticas internas y evite iniciar procesos sancionatorios contra aquellos que cuestionan las decisiones de los dirigentes partidarios.

Sánchez está enfrentando un proceso de expulsión por expresar críticas hacia la dirigencia por los fracasos electorales pasados. Será citado por el Tribunal de Primera Instancia del partido tricolor el próximo 22 de abril para defenderse en este proceso interno.

En una entrevista, Sánchez destacó la importancia de tomar las críticas de manera constructiva y promover el diálogo para llegar a acuerdos dentro del partido. Insistió en que su proceso de expulsión carece de fundamento, ya que no cometió ninguna ilegalidad durante su candidatura presidencial.

Además, reveló que financió parte de la campaña electoral del partido con su propio dinero, enfatizando su compromiso con ARENA y su deseo de resolver las diferencias de manera dialogada y constructiva.

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Sánchez afirmó que no tiene intención de abandonar el partido «por la puerta de atrás» y reiteró su posición de que las críticas deben ser bien recibidas como parte del proceso democrático interno.