Los resultados del sistema penitenciario de El Salvador, particularmente tras la puesta en marcha del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), han comenzado a influir en las políticas de seguridad de otros países de la región, cuyos gobiernos analizan o implementan prisiones de máxima seguridad inspiradas en el modelo impulsado por el presidente Nayib Bukele.

Uno de los casos más recientes es Ecuador, donde el pasado 8 de noviembre entró en funcionamiento una nueva cárcel de máxima seguridad, concebida bajo parámetros similares al esquema salvadoreño. Ese día fueron trasladados los primeros reclusos, según informaron medios locales.

El centro penitenciario, denominado Cárcel de Máxima Seguridad del Encuentro, fue construido en menos de dos años tras una promesa del presidente ecuatoriano Daniel Noboa. Está ubicado en la provincia costera de Santa Elena, cuenta con una capacidad para 736 reclusos y su construcción inició en junio de 2024 con una inversión de 52 millones de dólares.

De acuerdo con el medio SWI swissinfo.ch, la prisión se extiende sobre 16.2 hectáreas en una zona inhóspita y boscosa de la costa ecuatoriana, a aproximadamente una hora por carretera desde la ciudad de Guayaquil. Se trata del primer centro carcelario construido en esa provincia.

El presidente Noboa confirmó que los primeros 300 internos trasladados corresponden a los reclusos considerados “más peligrosos” del sistema penitenciario ecuatoriano. El operativo se realizó con el traslado de los presos en 17 autobuses desde el complejo penitenciario de Guayaquil, bajo un fuerte dispositivo de seguridad de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.

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CEL

El procedimiento recordó las imágenes registradas en El Salvador durante los traslados de pandilleros al Cecot, caracterizados por estrictas medidas de control, custodias militares y protocolos de máxima seguridad.

Desde su llegada al poder, Noboa anunció la construcción de dos cárceles de alta seguridad inspiradas en el Cecot, considerado uno de los proyectos más emblemáticos de la estrategia de seguridad salvadoreña y símbolo de la guerra contra las pandillas.

En un encuentro clave para la estabilidad de Medio Oriente, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se reunirá este lunes con el presidente estadounidense, Donald Trump, en el estado de Florida. La reunión, confirmada por un alto funcionario israelí a la agencia AFP, tiene como objetivo central destrabar la transición hacia la segunda fase del acuerdo de cese al fuego en la Franja de Gaza.

La administración Trump, en conjunto con los países mediadores, busca acelerar el cumplimiento de los protocolos establecidos para pacificar la región. No obstante, el encuentro se produce en un clima de tensión diplomática. Según reportes del medio estadounidense Axios, funcionarios de la Casa Blanca han manifestado una «creciente frustración» ante acciones de Netanyahu que, a juicio de Washington, podrían socavar la fragilidad del alto el fuego y retrasar el proceso de paz.

La hoja de ruta: Hacia un gobierno provisional

El acuerdo de paz establece condiciones estrictas para la segunda etapa del conflicto, que incluyen:

• Retirada militar: La salida total de las tropas israelíes de sus posiciones actuales en Gaza.

• Transición política: La creación de un gobierno tecnocrático provisional que reemplace la administración del movimiento islamista Hamás.

• Seguridad internacional: El despliegue de una fuerza multinacional de estabilización en el territorio palestino.

Uno de los puntos de mayor fricción sigue siendo el desarme de Hamás, una exigencia del acuerdo que encuentra una férrea resistencia por parte del grupo armado y que complica los plazos de ejecución previstos por los mediadores.

El factor político

Para la Casa Blanca, la prioridad es anunciar lo antes posible la conformación del nuevo gobierno para Gaza y el despliegue de la fuerza internacional. Sin embargo, la efectividad de estos planes depende de la sintonía política entre Trump y Netanyahu, cuya reunión en Florida —adelantada por el mandatario estadounidense a mediados de diciembre— es vista por analistas como el paso definitivo para concretar el fin de las hostilidades

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CEL

El presidente electo de Chile, José Antonio Kast, ha oficializado una invitación de honor al mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, para asistir a su ceremonia de investidura el próximo 11 de marzo de 2026. El evento marcará el inicio de la administración de Kast, quien asumirá la presidencia de la nación sudamericana en sustitución de Gabriel Boric.

Kast, quien ha manifestado públicamente su admiración por el modelo de seguridad implementado en El Salvador, destacó la importancia de contar con la presencia de Bukele en el cambio de mando. «Espero que nos pueda acompañar él y otros presidentes», afirmó el líder chileno, subrayando la «transformación positiva» que, a su juicio, ha liderado el gobernante salvadoreño.

La lista de invitados de alto nivel incluye también al presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Aunque Kast aclaró que aún no ha conversado directamente con el republicano, confirmó que mantiene una relación estrecha con el secretario de Estado, Marco Rubio. «Tenemos la mejor de las relaciones», señaló Kast al referirse a sus vínculos con la administración estadounidense.

La ceremonia de marzo se perfila como un encuentro clave para las fuerzas conservadoras del continente, consolidando un eje de cooperación entre el futuro gobierno chileno, la administración Trump y el liderazgo de Bukele en la región.