El presidente de Colombia, Gustavo Petro, calificó como un «fracaso» el recrudecimiento de la violencia en la frontera con Venezuela, donde enfrentamientos entre la guerrilla del ELN y disidencias de las FARC han dejado 80 muertos y cerca de 32,000 desplazados.

La crisis se centra en la región del Catatumbo, conocida por sus extensos narcocultivos, donde los enfrentamientos armados han afectado gravemente a la población civil, especialmente en áreas cercanas al municipio de Tibú. Desde el jueves, distintos focos de violencia en el país han acumulado un saldo total de 100 víctimas mortales.

«La situación del Catatumbo enseña. Uno aprende también de los fracasos y allí hay un fracaso. Un fracaso de la nación», reconoció Petro en un discurso, cuestionándose cómo el ELN, que hasta hace pocos meses era débil militarmente, ha recuperado fuerza.

Hasta el viernes pasado, el gobierno mantenía diálogos de paz con el ELN, pero los recientes episodios de violencia han llevado a suspender las negociaciones. Mientras tanto, miles de personas huyen hacia municipios más seguros o cruzan la frontera hacia Venezuela en un éxodo masivo que revive los peores momentos del conflicto armado colombiano.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetió contra la obispa Mariann Edgar Budde, de la Diócesis Episcopal de Washington, calificándola de «desagradable» y exigiendo una disculpa por sus críticas durante el Servicio Nacional de Oración.

En un mensaje publicado en su red Truth Social, Trump describió a Budde como «una izquierdista radical que odia a Trump» y señaló que su sermón fue «aburrido, poco inspirador y lleno de comentarios inapropiados».

La polémica surgió después de que la obispa dirigiera un mensaje crítico durante la misa celebrada en la Catedral Nacional de Washington, a la que asistió el presidente tras iniciar su segundo mandato. En su discurso, Budde acusó a Trump de sembrar miedo con los decretos firmados contra los migrantes y la comunidad LGBTQ.

«Le pido que tenga piedad, señor presidente», dijo Budde, quien destacó el temor que percibe en el país. También defendió a las personas LGBTQ y a los trabajadores migrantes, argumentando que la mayoría «no son delincuentes».

Trump, que inicialmente calificó el oficio como «no demasiado emocionante», intensificó sus críticas, declarando que la obispa «no es muy buena en su trabajo» y sugiriendo que ella y su iglesia deben una disculpa al público.

El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su «profunda preocupación» por la creciente violencia en la región del Catatumbo, en Colombia, donde los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y una disidencia de las FARC han dejado más de 80 muertos.

En un comunicado emitido por su oficina, Guterres exigió el cese inmediato de los ataques contra civiles, incluyendo firmantes del acuerdo de paz de 2016, defensores de derechos humanos y líderes comunitarios. Asimismo, lamentó el desplazamiento masivo de miles de personas debido a la escalada del conflicto armado.

El secretario general también señaló la importancia de implementar plenamente el Acuerdo de Paz de 2016, destacando los retrasos en temas clave como la redistribución de tierras y la justicia transicional. Este llamado parece apuntar a una mayor responsabilidad del Gobierno colombiano en abordar las raíces del conflicto.

La guerra entre el ELN y la disidencia de las FARC en el Catatumbo, una región estratégica en el departamento de Norte de Santander, representa un desafío crítico para el Estado colombiano. En respuesta, el presidente Gustavo Petro declaró el estado de conmoción interior y reiteró que su gobierno está preparado para enfrentar a los grupos armados.