El gobierno de Argentina decidió este lunes despedir a la embajadora ante la OEA, Sonia Cavallo, justo el mismo día en que el presidente Javier Milei tildó de “impresentable” a su padre, el exministro de Economía Domingo Cavallo.

Mediante un comunicado, el vocero presidencial Manuel Adorni anunció: «Por decisión del Presidente de la Nación, Sonia Cavallo deja de ser la embajadora argentina ante la OEA», sin dar mayores detalles sobre los motivos del despido. Cavallo había sido nombrada para el cargo en mayo de 2024, tras una larga trayectoria académica junto a su padre, quien fue ministro de Economía durante los períodos 1991-1996 y en 2001, durante la crisis económica más grave que vivió Argentina.

El despido se produce después de que Domingo Cavallo publicara un post en su blog criticando el programa económico del gobierno de Milei, acusando al presidente de generar una apreciación del peso similar a la vivida durante la crisis de la convertibilidad de 1998 a 2001, lo que provocó una severa recesión.

En respuesta, Milei atacó duramente a su padre, a quien hasta el año pasado consideraba como «el mejor economista de la historia argentina». A pesar de los avances en el frente fiscal y la disminución de la inflación bajo su gobierno, Argentina enfrenta una recesión consolidada y un aumento en los niveles de pobreza, que alcanzaron el 52,9% en el primer semestre de 2024, con señales de leve mejora en el segundo semestre.

La actualización de los indicadores económicos está prevista para marzo de 2025.

Advertisement

20241211_mh_noexigencia_dui_728x90

20240813_lechematerna_728x91

20240701_vacunacion_728x90

20231124_etesal_728x90_1

domfuturo_netview-728x90

20240604_dom_728x90

20230816_dgs_728x90

20230601_agenda_primera_infancia_728X90

CEL

Este martes, un consejero de Donald Trump respondió con firmeza a las críticas que el papa Francisco había dirigido a la política migratoria del presidente de Estados Unidos. El pontífice argentino, de 88 años, instó a los arzobispos de EE.UU. a no ceder ante las narrativas que discriminan a los migrantes y refugiados, asegurando que las expulsiones de migrantes en situación irregular constituyen una «crisis importante» que “lastima la dignidad” de las personas.

Estas declaraciones provocaron una reacción rápida de Tom Homan, quien fue nombrado zar fronterizo por el propio Trump. Homan, visiblemente molesto, le dijo al Papa: «Quiero que se centre en la Iglesia católica y arregle eso y nos deje a nosotros la vigilancia fronteriza», al tiempo que añadía irónicamente: «¿Quiere atacarnos porque garantizamos la seguridad de nuestras fronteras? Hay un muro alrededor del Vaticano, ¿verdad?»

El Papa, por su parte, ha subrayado que “un país tiene derecho a defenderse”, haciendo una distinción entre defender las fronteras y proteger a quienes cometen delitos violentos, reconociendo la necesidad de seguridad en el contexto de la migración.

El papa Francisco lanzó una fuerte crítica este martes contra los planes del gobierno de Donald Trump de llevar a cabo deportaciones masivas de migrantes, advirtiendo que expulsar a las personas solo por su estatus migratorio ilegal “priva de su dignidad” y “terminará mal”.

El pontífice dio este paso extraordinario al abordar la política migratoria estadounidense en una carta dirigida a los obispos de EE. UU., en la que defendió el derecho de los países a proteger sus fronteras, pero también subrayó que la deportación masiva de personas, muchas de las cuales huyen de situaciones extremas como la pobreza, la violencia y los desastres climáticos, “lastima la dignidad” de las personas y las coloca en una situación de gran vulnerabilidad.

En respuesta a estas palabras, Tom Homan, zar de la frontera de EE. UU., criticó la intervención del papa, sugiriendo que debería dejar la gestión de las políticas fronterizas a su oficina, recordando que el Vaticano está rodeado de muros fortificados.

El papa Francisco, primer pontífice latinoamericano de la historia, ha hecho de la atención a los migrantes una prioridad en su papado. En múltiples ocasiones, ha citado el mandato bíblico de “acoger al extranjero” y ha instado a los gobiernos a proporcionar refugio y protección a aquellos que huyen de conflictos, pobreza o persecución. En su carta, reiteró que, aunque los países tienen derecho a defenderse y a proteger sus comunidades, las políticas de expulsión “ponen en peligro la dignidad de millones” y “terminarán mal” para los afectados.