El 1 de enero, un trágico incidente ocurrió frente al Hotel Internacional Trump en Las Vegas, donde un soldado estadounidense, Matthew Livelsberger, de 37 años, se suicidó al detonar un Tesla Cybertruck cargado con combustible y fuegos artificiales. El vehículo explotó y se incendió, dejando un escenario devastador en la capital de las apuestas.

Livelsberger, quien había sido condecorado por su servicio en las fuerzas especiales, estaba solo en el vehículo, y las autoridades identificaron su cuerpo gracias a documentos encontrados en la escena. También se descubrieron dos armas dentro del automóvil, una de ellas situada a sus pies.

Notas escritas en el teléfono móvil de Livelsberger proporcionaron detalles sobre sus motivaciones. Según los oficiales, el exmilitar no buscaba un ataque terrorista, sino realizar un «llamado de atención». En una de las notas, el soldado expresó: «Los estadounidenses sólo prestan atención a los espectáculos y la violencia. ¿Qué mejor manera de conseguir mi punto sino con fuegos artificiales y explosivos?»

Las autoridades han confirmado que el suceso fue una tragedia relacionada con el estrés postraumático que padecía el soldado.

A partir de este sábado, Estados Unidos dará el último adiós al expresidente Jimmy Carter, quien falleció el 29 de diciembre a los 100 años en Plains, Georgia. El país ha comenzado un periodo de seis días de honras fúnebres, que culminarán con un funeral de Estado en Washington y un entierro en su ciudad natal.

Desde el fallecimiento de Carter, las banderas en todo el país ondean a media asta como muestra de respeto. Durante su mandato, Carter dejó una huella indeleble en América Latina, destacándose por su firme postura contra las dictaduras militares del Cono Sur y su decisión de retirar el apoyo al régimen de Anastasio Somoza en Nicaragua.

Además, uno de sus logros más emblemáticos fue su compromiso de devolver el Canal de Panamá a los panameños, un proceso que él mismo calificó como su «batalla política más difícil». También trabajó en el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba bajo la administración de Fidel Castro, lo que incluyó la reapertura de las sedes diplomáticas en forma de secciones de intereses.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador ha comenzado el año 2025 con el firme objetivo de posicionar al país como un líder en las principales organizaciones multilaterales de las que forma parte.

Adriana Mira, vicecanciller de la República, destacó que la política exterior de El Salvador se basa en dos pilares fundamentales: las relaciones bilaterales, que fomentan la cooperación y los vínculos de amistad con diferentes naciones, y la participación en organismos multilaterales.

La participación multilateral se refiere a la implicación de El Salvador en los principales organismos internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), entre otros.

Mira enfatizó que la meta del país no es simplemente estar presente, sino ser un actor activo en estos foros internacionales. «No queremos estar simplemente ‘calentando la silla’, sino que buscamos una participación real, con salvadoreños en puestos de poder», comentó la vicecanciller.

Para el año 2025, El Salvador tiene previstas ocho candidaturas en organismos multilaterales, lo que permitirá al país sacar el mayor provecho posible de estas posiciones estratégicas. Entre las candidaturas se incluyen puestos en el Comité Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud para el período 2025-2028, el Consejo de la Administración de la Unión Postal Universal (UPU) y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para el período 2027-2029, entre otros.